domingo, 27 de septiembre de 2009

Post miminuto: feis

1. El otro día en el facebook, una amiga publicó las fotografías de la Virgen de la Cantera. La gruta de la dicha virgen se encuentra instalada en el Danubio Azul, una casa de citas ubicada en el sector del ex penal García Moreno. Fermosa virgen de las prostitutas y de los artistas. Ando queriendo darme una vuelta por allá, para escribir en este blog un post que nunca escribiré.
2. En el facebook, he compartido un verso de un poema de León de Greiff. Un poema sobre cómo lo efímero se instala en la sangre y no se va, no se va y se convierte, al agriarse, en lascivia. Efímeroenfermoenternomentiradeesas.  El poema se llama "Más breve" y dice así (he subrayado el verso que comparto en el FB):

No te me vas que apenas te me llegas,
leve ilusión de ensueño, densa, intensa flor viva.

Mi ardido corazón, para las siegas
duro es y audaz...; para el dominio, blando...

Mi ardido corazón a la deriva...
No te me vas, apenas en llegando.

Si te me vas, si te me fuiste...: cuando
regreses, volverás aún más lasciva
y me hallarás, lascivo, te esperando...

3. Hoy un contacto publicó un enlace. El video de "Alice" de Tom Waits. Ayer a ese mismo contacto le he posteado el enlace de "The songs that we sing" de Charlotte Gainsbourg.

sábado, 19 de septiembre de 2009

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Necrológicas

Ella estaba harta de la literalidad con la que ella se había aficionado de la muerte. ella leía diariamente la sección de necrológicas del periódico. A Ella, por su parte, le hinchaba mal ver la concentración con la que ella se detenía a leer uno a uno los partes de defunción y condolencias. Desde hacía años, ella compraba el periódico todas las mañanas para enterarse de quién había muerto, de quiénes eran sus deudos, de si lo querían mucho poquito o nada, de si era un muerto importante o uno al que apenas la compañía funeraria le publicó un aviso porque formaba parte del paquete que el muerto tuvo a bien adquirir antes de morir.
Ella: "No sabes de lo que me enteré hoy".
ella: "¿de qué?".
Ella: "Se murió el abuelito de la Lechuza".
ella: "mmm. sí supe".
Ella: "Mierda, siempre lo mismo contigo. Ningún muerto es novedad".
ella: "lo siento".
Ella: "No mientas. Al contrario, gozas con esa huevada".
No era verdad. La acusación de Ella era injusta porque no había gozo en lo que hacía ella. Lo hacía por reflejo. Esa mañana, por ejemplo, leyó que había muerto el papá de Octavio. ella no podía gozar con esa noticia. Al contrario, sintió un profundo deseo de llorar, cosa que hizo sólo cuando se fue al baño so pretexto de sonarse la nariz por las alergias mañaneras a causa de su rinitis crónica. Ella no hubiese comprendido su dolor por la muerte del padre de Octavio, le hubiese recriminado el hecho de que ella viviera del pasado. La relación literal de ella con la muerte sin duda desconcertaba a Ella. Sin duda.

domingo, 6 de septiembre de 2009

"Amor no tengo, nada soy".

El otro día me metí al Flixter. Hace un tiempo abrí una cuenta porque unas amigas me invitaron a hacerlo. Cuando era chama, adolescente, era una maniática del cine. Me pasaba viendo películas y, además, medio obsesionada con lo que de accesorio tiene el cine: sobre todo me obsesionaba la vida caótica y fatalista de ciertos actores y directores... En fin, el otro día me metí a Flixter por segunda vez desde que abrí la cuenta, hace tres años. En ese entonces, seguramente pensé que mal no me iba a hacer empaparme nuevamente de esa leve pero total obsesión cinematográfica de antaño. Fue mentira, no me empapé. Esto no quiere decir que ahora no vea cine. Aunque la verdad es que veo mucho menos cine que antes, todavía disfruto profundamente con ciertas joyas de la cartelera o de las tiendas de dvd's piratas. Volviendo a lo de arriba, el otro día me metí a Flixter y decidí ampliar en algo mi perfil de usuario incorporando cierta información sobre mis preferencias. Me quedé sorprendida yo misma cuando no pude llenar sino la casilla de película favorita, cosa que hice casi como autómata, ya de tanto repetirme yo misma el disco rayado -que no es lo mismo que rallado- de que "Bleu" de Kieslowski es mi peli favorita. Entonces, entre aturdida y avergonzada, cliquié Salir y no he vuelto, y creo que no volveré, a meterme a Flixter.
Hoy, buscando unos trabajos que escribí durante la maestría, me encontré con uno que escribí para mi clase de Retórica. Era un paper sobre la retórica de la cotidianidad y la retórica del silencio. Y en ese paper escribí una brevísima reflexión sobre "Bleu" y el silencio. La protagonista de esa peli, sabrán, casi no habla. Los diálogos son escasísimos. En ese contexto, ella se ve en la encrucijada de terminar de componer en colaboración la canción por la unificación de Europa, que había sido encargada a su esposo, muerto en un accidente de tráfico en el que también murió su pequeña hija. Y ella, en principio, se niega (en realidad, se sugiere que ella le daba componiendo al esposo, mientras éste vivía, cosa que lo que le estaban proponiendo, sin saber, era terminar su propia canción inconclusa). La reflexión que escribí en el paper de mi clase no va por donde quiero ir en la entrada de este blog, pero me ocurrió, leyéndola, una de esas epifanías joycianas (en la escala que me lo permite mi intelecto, menos dotado y más dado a la jarana y al agua tibia) que me ha llevado a esto:
Julie, que así se llama ella, desintegrada ante las muertes de su esposo e hija y ante la traición del esposo, de la que ella se entera después del accidente, no puede componer nada que sugiera, siquiera mínimamente la idea de unificación. Lo que logra Kieslowski en esta peli, es mostrarnos, a través de recursos visuales y musicales casi exclusivamente, la paradoja: la desintegración y el ostracismo del ser al que se le encarga crear en torno a la unificación, a lo comunitario. Al final, ella lo logra. Pero no en un recurso fácil, ni final feliz. Esa canción, compuesta en realidad por Zbigniew Preisner para la peli, portentosa, pero triste, nos remite a la imposibilidad de ser en tanto se carezca de amor. Se puede estar en el mundo, pero se puede ser sólo en el alma del otro, azogue hecho carne. Y al final, Julie hace el amor con Olivier, el músico enamorado de ella desde siempre. Empieza a construir el amor, a edificar el amor, para poder ser. Ése es el final cerrado más abierto que he presenciado en cine.
Concretar es una tarea difícil. En todo. No sé aún quién es mi director favorito, ni mi actor favorito, ni nada.