domingo, 16 de agosto de 2009

Tráemelo

Estamos en Guayaquil, con Alicia. Mañana lunes empezamos nuestro viaje por la ruta del sol. Nos vamos en bus hasta Salinas. De ahí, en carro prestado, nos vamos hasta Manta. Me gusta viajar, pero no me gusta manejar cuando hay tráfico. Nos quedamos estos días en Guayaquil para pasar un tiempo con nuestras familias. A mi mami la operaron de la rodilla. Salió todo bien. Tenía el menisco roto y de paso le fueron limpiando unos cartílagos y reacomodando la rótula. Salió caminando del hospital al día siguiente. Mi mami es una mujer fuerte, pero nerviosa. Me quedé durmiendo con ella los dos días de hospital, aunque no era necesario por el tipo de cirugía. He pasado mucho tiempo con mis sobrinas, sobre todo, con la Titi, porque la Cosa como que ya está en otras. Con la Titi jugamos ful. Sospecho que me mira como su compañera de juegos, cosa que no resulta tan tirada de los pelos ya que se me da con facilidad lo de entretenerme con ciertos juegos de niños. Me mira y me trata como a su igual. A pesar de que soy mucho más grande que ella. En tamaño, al menos.
Alicia anteanoche tuvo un sueño feo. Estuvo triste toda la mañana. No nos vimos sino hasta la noche. No me gusta que Alicia esté triste. Y menos por sueños feos. La Titi dice que los sueños feos dan miedo y que lo único bueno que se puede hacer es despertarse. En la noche, salimos con unas amigas suyas, de Alicia. Yo no hablo mucho, pero escucho. Hay gente tan diferente en este mundo: gente bruta y astuta; vírgenes y prostitutas; pobre, ricos, clase media... En fin. Estas dos amigas con quienes salimos anoche son muy distintas entre ellas, personas interesantes, con tormentos y actitudes diferentes, pero sometidas al mismo calor ecuatorial, húmedo, sofocante de Guayaquil. Y a los mosquitos, por supuesto. Y -sospecho- a los mismos deseos.
Una noche, en el hospital hice el ejercicio de concentrarme mucho en algo. Tuve dos tipos de respuestas. Sobre una de ellas, he escrito en este post. Sobre la otra, mucho menos importante, no voy a escribir nada. Finalmente, los deseos de la gente -incluida yo, si cabe- son todos bien parecidos y suelen tener que ver con la presencia de otros: eros y tanatos, que se dice.
Ha sido un alivio ver a mi mami salir bien de su operación, a la Titi reír y abrazar a Alicia.

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