martes, 15 de diciembre de 2009

el retorno

me fui a loja a tomar el TOEFL. no alcancé cupo en quito.
por otro lado, estoy terminando los trámites para la aplicación a pittsburgh.
me fui con mis papás. he estado muy cercana a ellos estos días. quizás no hubiese convivido con ellos todo lo que he convivido sino me hubiesen robado el carro. suena extraño, pero es la realidad. el vértigo de la vida moderna no te deja mucho tiempo libre si tienes un carro a tu haber.
por otro lado, estoy llevando mis libros a la casa de mis papás. son un montón. además, estoy llevando buena parte de la biblioteca de alicia.
en loja, caminé por el centro, a veces sola, a veces con mis papás. el ritmo de ellos es otro. me hice a su andar y fue rico (aunque a veces sí me encontraba unos cuantos pasos adelante de ellos... inevitable). ya no están jóvenes y caminan más bien lento. cuando ya estaban muy cansados, yo me iba sola por las calles de la venerable loxa. en la esquina de nuestro hotel, hay un edificio que en su portada, entre otros, cuenta con un letrero que reza: "EL RETORNO. Realizamos cremaciones. Como en las mejores ciudades del mundo".
por otro lado, estos días han sido de trámites interminables, y también he pensado mucho en la muerte, por el asalto, claro. sin miedo, sin desesperación, pero en la muerte al fin.
en la otra esquina de la cuadra de nuestro hotel, hay una panadería en donde venden los más ricos roscones del universo. el glacé, aún transparente; la masa del roscón, al dente.
por otro lado, hoy me acordé de mi amiga ximena almeida. se murió a los 20 años. me acuerdo que cuando éramos muy niñas y muy amigas, y yo pensaba melancólicamente en la muerte, le entregué una carta, para ser leída el día de mi muerte.
también fuimos a vilcabamba con mis papás. qué ganas de regresar con alicia. hay una hostería muy bonita. mucho, pero mucho silencio y paz también. nos mojamos los pies en el río. cuando regresamos a la ciudad de loja, mi mami durmió 14 horas seguidas.
por otro lado, a ratos sí me ha entrado la desesperación o su germen, pero no lo dejo criar. al fin y al cabo soy una master of the universe.
ayer regresamos a quito con mis papás. aunque loja no está mucho más abajo, me ha cogido la altura. me duele la cabeza y ésta es semana de exámenes en el trabajo. hoy me confundí y pensé que tenía que tomar un examen a las 2 pm. eso más. a matar el tiempo a morir.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Post miminuto: el tema del momento, los apagones

1. Hoy, al bajarme del auto, en un parqueadero casi en tinieblas, tuve que intuir cómo hacer para meter la llave y poder abrir la puerta de atrás para sacar mi mochila. Experiencia gratificante, he de decirlo.
Anoche, cuando llegaba a la buhardilla, rogaba que hubiese luz en La Floresta, para no tener que bajarme a abrir manualmenta la puerta del garaje. A esa hora, en ese sector tan bonito de Quito, abundan los amigos de lo ajeno. Ya me pasó ya que por ahí me asaltaron una vez.
2. Anoche, antes de guardarme, fui al estudio de la Flo. Entre otras cosas, hablamos de la ceguera. Su abuela está con cataratas. La Flo sostenía que uno, sobre todo, cuando no es ciego de nacimiento, puede no actuar como ciego... Entendí su punto. No lo comparto.
3. Alicia está en Buenos Aires. Ayer fue su cumpleaños y ayer, en el trabajo, antes de una clase, sentí vértigo hacia adentro. Me sentí sola.

martes, 3 de noviembre de 2009

sábado, 17 de octubre de 2009

Retrato no ficcional de la Sanqui y la Anela

Pensando en un post para escribir, se me ocurrió -a propósito de que una amiga de Alicia, después de ver unas fotos nuestras del viaje por la Ruta del Sol, le preguntó si es que yo era su hija-, escribir sobre la madre... pero Alicia me dijo que no, que no quería que eso se supiera, por lo que he decidido, respetando su pedido, no escribir sobre eso. De todos modos, la idea de escribir sobre la madre que sólo hay una, me quedó rondando en la cabeza. Escribir sobre mi madre, me imagino, resultaría repetitivo, porque ella está en todo lo mío, en lo que soy y no soy, así que por ahora no voy a escribir sobre ella. Pero he decidido que sí voy a escribir sobre la madre [de otros].
Resulta que dos de mis amigas más queridas son mamás. La Sanqui y la Anela. La Anela vive en México desde hace un tiempo ya. Con su bebé Sebastián y el papá de su bebé. Yo conocí a Sebas hace algo más de dos años, en Guatemala, cuando todavía vivían allá. A su hijo, sostiene Anela, no le gusta que ella hable con otros. Y efectivamente pasa que, cada vez que estamos hablando por teléfono, oigo de lejos la voz de Sebas, que le pide a su mamá que cuelgue el teléfono para que hable con él.
La Sanqui, por su lado, vive en Quito desde hace un tiempo, porque antes vivía en Californication, donde engendró (creo) y parió a su primer vástago, el Martín. Vive con él, con su segundo hijo Nicolás, fruto del amor entra ella y Martin (sin tilde), con quien también vive. Sostiene la Sanqui que Martincito y Nicolás no se parecen. Son muy distintos, pero que ahora, a Martincito, que es la adoración de la mamá de la Sanqui, prefiere quedarse en casa con su ñaño, antes que ir a pasa la tarde con su abuela.
Ayer salí con la Sanqui y conversamos cualquier cantidad. Contaba sobre su preocupación porque el Martincito aún no pronuncia bien las palabras. Yo le decía que eso siempre pasa con niños que viven en hogares bilingües y no se lo he dicho yo solamente sino los especialistas también. Lo cierto es que ahora están buscando colegio para él, pero están preocupados que por este motivo al bebe no lo acepten. La Sanqui me contaba que, en una entrevista, a ella y a su esposo les hacía preguntas la psicóloga del cole y tres metros más allá, otra psicóloga le hacía preguntas a Martincito. Mi amiga, en su preocupación, no pudo despegar la oreja de lo que estaba aconteciendo con su hijo, y sin pararle la mínima bola a quien a su vez le estaba haciendo preguntas a ella, se concentraba en cómo a su hijo le preguntaban de qué color era un pedazo de madera pintado de verde. Y repetía ella, mentalmente: "VVVV erde". Martin, su esposo, de repente y con su codo, llama su atención y le dice: "nos está preguntando si nos llevamos bien". "Ah, sí, sí, nos llevamos bien", respondió la Sanqui.
La Anela, recordábamos ayer sentadas en el Pobre, es la psicóloga por excelencia. Es demasiado buena en eso. No sólo que posee el nou jau, sino que hay algo en su ser, en su postura en el mundo, que le permite escuchar. Escuchar. Tiene desbordada esa inteligencia emocional que le permite entender y darle el justo valor a lo que los otros considerarían, sin más, aberraciones de gente enferma [como uno]. Presencié hace dos años, cuando nos vimos por última vez (snif snif y no es broma), cómo la Anela suspendió literalmente a la psicóloga que escuchaba las palabras de hombres y mujeres grandes y se concentró en el lenguaje corporal y básico del bebé de meses que cargaba, bañaba, cambiaba, cuidaba, paseaba en su coche. Y, perdón por la infidencia, se moría de nervios mal y se quebraba. Qué experiencia nueva para este mi pechito estar al lado de la mujer que me sostuvo tantas veces en la vida, quebrada por ese pedacito de ser que la superaba por todos lados.
Cuando hace años, en nuestros recorridos nocturnos del distrito metropuritano, visualizábamos con la Anela, la Sanqui, la Flo y yo, quién sería madre primero, el primer puesto nos lo disputábamos la Flo y yo, y el último, siempre la Sanqui y la Anela. Hoy, la Flo y yo no somos mamás y la Anela y la Sanqui son tan mamás, en contra de todo pronóstico, que me ha dado ganas de escribr este post, para llegar a la conclusión de que lo imposible puede suceder tan bonitamente.




viernes, 16 de octubre de 2009

Tú eres la mula, yo soy el freno

"Bueno", le dijo la mula al freno.
Qué de desencuentros en los últimos días. Y en esta mar de desencuentros, me reencuentro con mi poeta desquilibradoversátilescindido, entre otros, Álvaro de Campos:

"Callos a la manera de Oporto"

Un día, en un restaurante, fuera del espacio y del tiempo,
me sirvieron el amor como unos callos fríos.
Le dije con delicadeza al misionero de la cocina
que los prefería calientes,
que los callos (y eran a la manera de Oporto) nunca se comen fríos.

Se impacientaron conmigo.
Nunca se puede tener la razón, ni en un restaurante.
No los comí, no pedí otra cosa, pagué la cuenta,
y me fui a dar una vuelta por la calle.

¿Quién sabe lo que quiere decir esto?
Yo no lo sé, y fue a mí a quien le sucedió...

(Sé muy bien que en la infancia de todos hubos un jardín
particular o público, o del vecino.
Sé muy bien que nuestro jugar era su dueño.
Y que la tristeza es de hoy.)

Lo sé de sobra,
pero si pedí amor, ¿por qué me trajeron
callos a la manera de Oporto fríos?
No es un plato que se pueda comer frío,
pero me lo trajeron frío.
No protesté, pero estaba frío.
Nunca se puede comer frío, pero llegó frío.

Que los días pasan y que alguien debería dignarse en servirle al poeta callos calientes porque no pasan en vano -los días que no los callos- y uno se va poniendo viejo y salir a la calle con el estómago vacío es siempre un peligro que sólo cuerpos jóvenes, dignos incluso encontrándose vacíos, pueden tolerar sin sufrir algún tipo de espasmo que inicie en la tripa y termine en la garganta ajena, pero conocida.
Qué de desencuentros. Eso me pasa, parafraseando al maestro de de Campos, por enceguecerme. Ando a medias triste, a medias torpe.
Un desencuentro me entristece, el otro me entorpece.
Me siento como el agua que no para y termina en el desagüe. Me despeino y me parece que me sienta bien el cabello a la deriva, como de proa de yate.
Luego me miro con un poco más de atención y me parece que simplemente luzco despeinada. Y vuelvo a pensar en el poeta y su espasmo tripal. Siempre hay alguien peor que uno, porque al menos yo tengo mi desencuentro que me entorpece.
We drink to die, we drink tonight. Hopefully tomorrow night también y la noche siguiente hasta las cachas. Porque recuerda -aunque a veces nos confundamos- que yo soy el freno. O al menos eso intento hacerme creer.

domingo, 4 de octubre de 2009

La negra


Esta madrugada se murió la negra Sosa. Con Alicia, nos pusimos a escuchar las canciones que tenemos en el iTunes cantadas por esta mujer, sobre quien yo juraba, cuando era chiquita, que se llamaba Alfonsina. Algunas veces vi a la negra cantar sobre un escenario. La vimos con Alicia la última vez que estuvo en el Ecuador en el 2007. Ese mismo año, el auto parqueado en la casa de la Floresta de la Flo, me rompieron el vidrio y se robaron la radio y un huevo de discos que tenía ahí -john lennon, fiona apple, fito páez, the cure, madonna, uno de mercedes que se llama, como la canción de Charly, De mí, entre otros-. Al parecer el choro fue el vecino de la Flo, un dealer al que le debe haber parecido de mal gusto el Macorina de Chavela Vargas, porque fue el único disco que me fue dejando, hijodelagrandísimaputa. Pero se llevó el de la negra. Y bueno, algo tiene la voz de esta mujer, así como su actitud, que incluso al dealer hecho el bacán del depar de abajo de la Flo le pareció pertinente llevárselo.
En ese disco, De mí, están algunos de los hits de la negra cantados en vivo y hay una canción que es sin duda de mis favoritas por la Sosa, se llama "Retrato". De los Inti Illimani, va sobre una mujer, de corazón de miel, que, al ser arrasado su pueblo por los militares, se desgarra los pies trabajando y ayudando. Hasta desaparecer. Es una canción acuosa. Retrato, porque sólo en la última línea se menciona la muerte de esa mujer, su vida es lo que verdaderamente cuenta y el condumio de la canción. La militancia de la negra a través de la música -anacrónica, para unos cuantos; para otros, renovada al incluir en su repertorio las canciones de los más roqueros de América Latina- fue sin duda su propia vida. Su muerte es, por suerte, la última línea de una canción larga, larga y hermosa. Y aunque su voz fue envejeciendo, no dejó de cantar nunca. Hace unos meses, al regresar de Puerto Rico, la Flo me hizo escuchar la canción que los Calle 13 grabaron con la negra y que tenía emocionado al vocalista de esa banda. Canción sobre los niños de la calle. Su voz de anciana cansada me hizo enternecer al pensar que no hubo silencio nunca en su vida. Al menos no cuando se trataba de denunciar las mierdas en este continente. Las hay tantas que a veces no pensamos en ellas, porque creemos que el cielo es de ese color.
El otro día, leía un artículo en una revista sobre una de las tantas tribus juveniles de la sociedad latinoamericana contemporánea. Artículo "cool" que reivindicaba a una cierta raza de chamos "cool" que no hacen nada más que mirarse al espejo y tomarse fotos. Bacán. Se vale todo, citando a los ya mentados Calle 13. Puedo imaginarme lo que esos chamos ven cada vez que se paran frente al espejo de su baño. Lo que estoy lejos de imaginarme es lo que habrá visto la negra en el suyo. Sospecho que mucho más que su figura gorda y llena de gracia.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Post miminuto: feis

1. El otro día en el facebook, una amiga publicó las fotografías de la Virgen de la Cantera. La gruta de la dicha virgen se encuentra instalada en el Danubio Azul, una casa de citas ubicada en el sector del ex penal García Moreno. Fermosa virgen de las prostitutas y de los artistas. Ando queriendo darme una vuelta por allá, para escribir en este blog un post que nunca escribiré.
2. En el facebook, he compartido un verso de un poema de León de Greiff. Un poema sobre cómo lo efímero se instala en la sangre y no se va, no se va y se convierte, al agriarse, en lascivia. Efímeroenfermoenternomentiradeesas.  El poema se llama "Más breve" y dice así (he subrayado el verso que comparto en el FB):

No te me vas que apenas te me llegas,
leve ilusión de ensueño, densa, intensa flor viva.

Mi ardido corazón, para las siegas
duro es y audaz...; para el dominio, blando...

Mi ardido corazón a la deriva...
No te me vas, apenas en llegando.

Si te me vas, si te me fuiste...: cuando
regreses, volverás aún más lasciva
y me hallarás, lascivo, te esperando...

3. Hoy un contacto publicó un enlace. El video de "Alice" de Tom Waits. Ayer a ese mismo contacto le he posteado el enlace de "The songs that we sing" de Charlotte Gainsbourg.

sábado, 19 de septiembre de 2009

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Necrológicas

Ella estaba harta de la literalidad con la que ella se había aficionado de la muerte. ella leía diariamente la sección de necrológicas del periódico. A Ella, por su parte, le hinchaba mal ver la concentración con la que ella se detenía a leer uno a uno los partes de defunción y condolencias. Desde hacía años, ella compraba el periódico todas las mañanas para enterarse de quién había muerto, de quiénes eran sus deudos, de si lo querían mucho poquito o nada, de si era un muerto importante o uno al que apenas la compañía funeraria le publicó un aviso porque formaba parte del paquete que el muerto tuvo a bien adquirir antes de morir.
Ella: "No sabes de lo que me enteré hoy".
ella: "¿de qué?".
Ella: "Se murió el abuelito de la Lechuza".
ella: "mmm. sí supe".
Ella: "Mierda, siempre lo mismo contigo. Ningún muerto es novedad".
ella: "lo siento".
Ella: "No mientas. Al contrario, gozas con esa huevada".
No era verdad. La acusación de Ella era injusta porque no había gozo en lo que hacía ella. Lo hacía por reflejo. Esa mañana, por ejemplo, leyó que había muerto el papá de Octavio. ella no podía gozar con esa noticia. Al contrario, sintió un profundo deseo de llorar, cosa que hizo sólo cuando se fue al baño so pretexto de sonarse la nariz por las alergias mañaneras a causa de su rinitis crónica. Ella no hubiese comprendido su dolor por la muerte del padre de Octavio, le hubiese recriminado el hecho de que ella viviera del pasado. La relación literal de ella con la muerte sin duda desconcertaba a Ella. Sin duda.

domingo, 6 de septiembre de 2009

"Amor no tengo, nada soy".

El otro día me metí al Flixter. Hace un tiempo abrí una cuenta porque unas amigas me invitaron a hacerlo. Cuando era chama, adolescente, era una maniática del cine. Me pasaba viendo películas y, además, medio obsesionada con lo que de accesorio tiene el cine: sobre todo me obsesionaba la vida caótica y fatalista de ciertos actores y directores... En fin, el otro día me metí a Flixter por segunda vez desde que abrí la cuenta, hace tres años. En ese entonces, seguramente pensé que mal no me iba a hacer empaparme nuevamente de esa leve pero total obsesión cinematográfica de antaño. Fue mentira, no me empapé. Esto no quiere decir que ahora no vea cine. Aunque la verdad es que veo mucho menos cine que antes, todavía disfruto profundamente con ciertas joyas de la cartelera o de las tiendas de dvd's piratas. Volviendo a lo de arriba, el otro día me metí a Flixter y decidí ampliar en algo mi perfil de usuario incorporando cierta información sobre mis preferencias. Me quedé sorprendida yo misma cuando no pude llenar sino la casilla de película favorita, cosa que hice casi como autómata, ya de tanto repetirme yo misma el disco rayado -que no es lo mismo que rallado- de que "Bleu" de Kieslowski es mi peli favorita. Entonces, entre aturdida y avergonzada, cliquié Salir y no he vuelto, y creo que no volveré, a meterme a Flixter.
Hoy, buscando unos trabajos que escribí durante la maestría, me encontré con uno que escribí para mi clase de Retórica. Era un paper sobre la retórica de la cotidianidad y la retórica del silencio. Y en ese paper escribí una brevísima reflexión sobre "Bleu" y el silencio. La protagonista de esa peli, sabrán, casi no habla. Los diálogos son escasísimos. En ese contexto, ella se ve en la encrucijada de terminar de componer en colaboración la canción por la unificación de Europa, que había sido encargada a su esposo, muerto en un accidente de tráfico en el que también murió su pequeña hija. Y ella, en principio, se niega (en realidad, se sugiere que ella le daba componiendo al esposo, mientras éste vivía, cosa que lo que le estaban proponiendo, sin saber, era terminar su propia canción inconclusa). La reflexión que escribí en el paper de mi clase no va por donde quiero ir en la entrada de este blog, pero me ocurrió, leyéndola, una de esas epifanías joycianas (en la escala que me lo permite mi intelecto, menos dotado y más dado a la jarana y al agua tibia) que me ha llevado a esto:
Julie, que así se llama ella, desintegrada ante las muertes de su esposo e hija y ante la traición del esposo, de la que ella se entera después del accidente, no puede componer nada que sugiera, siquiera mínimamente la idea de unificación. Lo que logra Kieslowski en esta peli, es mostrarnos, a través de recursos visuales y musicales casi exclusivamente, la paradoja: la desintegración y el ostracismo del ser al que se le encarga crear en torno a la unificación, a lo comunitario. Al final, ella lo logra. Pero no en un recurso fácil, ni final feliz. Esa canción, compuesta en realidad por Zbigniew Preisner para la peli, portentosa, pero triste, nos remite a la imposibilidad de ser en tanto se carezca de amor. Se puede estar en el mundo, pero se puede ser sólo en el alma del otro, azogue hecho carne. Y al final, Julie hace el amor con Olivier, el músico enamorado de ella desde siempre. Empieza a construir el amor, a edificar el amor, para poder ser. Ése es el final cerrado más abierto que he presenciado en cine.
Concretar es una tarea difícil. En todo. No sé aún quién es mi director favorito, ni mi actor favorito, ni nada.

lunes, 31 de agosto de 2009

Post miminuto: ausencias

1. La Ramona PonceBorja estuvo con nosotros el fin de semana. Corretearon con Pedro el perro todo lo que les dio la gana. La fui a dejar ayer donde la Dolores. Y desde esta mañana estoy aprendiendo a sufrir la melancolía del Pedro por la ausencia de la Ramona. El Pedro está perdidamente enamorado de ella.
2. Hay una canción que se llama "Ausencia", cantada por Cesária Évora. Es verdaderamente hermosa. Oí esa canción hace muchos años y la tenía en un disco junto con otras canciones que escuchaba mucho en una época en la que yo estaba entre triste y desesperada. La misma época en la que con un grupo selecto de gente (en realidad creo que sólo la Flo y yo) nos volvimos adictas a la primera temporada de Operación Triunfo. Polémico, pero real. Fue la única temporada que nos jalamos y con fidelidad. Lo cierto es que en ese disco estaba también una canción que se llama "Noches de bohemia" cantada por Manu Tenorio y Nuria Fergó, de OT... Y yo me iba de mocos. "Ausencia" está originalmente en el soundtrack de "Underground" de Kusturica.
3. Me ha dado una suerte de melancolía adelantada pensando en el viaje a la yoni que es inminente.

viernes, 28 de agosto de 2009

Historias tristes

Regresamos con Alicia el miércoles de nuestro viaje a la costa. Estuvo riquísimo. La ruta del sol, que ahora se llama ruta spondylus, está llena de playas de maravilla. Creo que de todas la que más me gustó fue Ayangue, como a cuarenta minutos de Salinas. A esa playa había ido desde niña, porque a mi familia le encantaba ir a comer langostas allá. Ahora está un poco cambiada, pero preserva su belleza de antes. Playa en herradura, como casi todas las de esa zona, su longitud es incluso menor a la de los frailes, muchos botes, cabañas de restaurantes... Ayangue me transmite la sensación de lo justo, no hay excesos, como sí los hay en el centro de Montañita, por ejemplo. Fuimos a ver a los amantes de Sumpa, dos veces, pero solo la segunda nos dejaron pasar, en ninguna le atinamos al horario de atención del museo. La verdad es que sí resulta muy conmevedor el gesto, la postura de esas calaveras. Espero sinceramente que hayan sido felices en vida. Vimos a las ballenas en Pto. López, espectáculo que también resulta conmovedor. Llegamos hasta Manta. Ahí nos recibió Sandra en su casa. Y nos contó una triste historia. Un biólogo amigo suyo, vio cómo una jorobada, con su cuerpo, defendía a su ballenato del ataque de una orca. Las embestidas brutales de la ballena asesina fueron mortales cuando la jorobada, en un intento desesperado de protección a su hijo, lo sube a su lomo. La orca mató a la jorobada y se comió al ballenato. Fin de la historia.
Fuimos a Montecristi. Ahí conocimos el museo de las hermanas Largacha. Ellas mismas reciben a sus visitantes. Maruja Largacha, nos deleitó con su acordeón. Tocó, entre otras, "Fumando espero", tema que en los cincuentas hiciera famoso Sarita Montiel. Aquí una foto de Maruja:
Pasamos en Guayaquil unos tres días antes de regresar a Quito. Durante mi viaje, pensé en Quito. Me gusta esta ciudad en la que vivo. La plena que me gusta mucho. Y me vino a la mente, la imagen de uno de mis últimos recorridos por Quito, antes de viajar a la costa. Es para mí una historia triste. En el carro, por la Coruña de norte a sur, antes de llegar al redondel de Artigas, de repente, como en un mal sueño, aparece una monstruosidad frente a uno. Un edificio que se ha vendido como el más moderno edificio de negocios de Quito, es en realidad el más horrible adorno, el espantapájaros, el agua envenenada, la estaca asesina de la Floresta. A mí personalmente, me parece un edificio horroroso. La figura del círculo me priva, pero quien diseñó ese armatoste, logró hacerme sentir que el círculo también puede servir para el mal... Bueno, pero cada quien tiene su gusto, a lo mejor, a alguien le parece una hermosura. En todo caso, a mí me molesta la ubicación del edificio. Está en una esquina en donde es imposible no verlo y en un barrio en el que desentona a todas luces. Ayer conversábamos con el Juampi sobre esto y él me decía que debería haber algún tipo de ordenanza municipal sobre la estética arquitectónica de algunos barrios, como ocurre en muchas ciudades donde se maneja una política de preservación de ciertos paisajes urbanos. Me parece horrible y una batraciada sin nombre haber permitido tremendo horror en esa esquina de la Coruña y 12 de Octubre. Habrá que esperar mil años para que sea ruina.
Las ciudades van creciendo; espero -quizá románticamente- que en ese crecimiento Ayangue no pierda eso que tanto me atrae de su paisaje, de su estar ahí. Quito es linda, pero ojalá no se siga llenando de lunares feos que no hay como extirpar.

domingo, 16 de agosto de 2009

Tráemelo

Estamos en Guayaquil, con Alicia. Mañana lunes empezamos nuestro viaje por la ruta del sol. Nos vamos en bus hasta Salinas. De ahí, en carro prestado, nos vamos hasta Manta. Me gusta viajar, pero no me gusta manejar cuando hay tráfico. Nos quedamos estos días en Guayaquil para pasar un tiempo con nuestras familias. A mi mami la operaron de la rodilla. Salió todo bien. Tenía el menisco roto y de paso le fueron limpiando unos cartílagos y reacomodando la rótula. Salió caminando del hospital al día siguiente. Mi mami es una mujer fuerte, pero nerviosa. Me quedé durmiendo con ella los dos días de hospital, aunque no era necesario por el tipo de cirugía. He pasado mucho tiempo con mis sobrinas, sobre todo, con la Titi, porque la Cosa como que ya está en otras. Con la Titi jugamos ful. Sospecho que me mira como su compañera de juegos, cosa que no resulta tan tirada de los pelos ya que se me da con facilidad lo de entretenerme con ciertos juegos de niños. Me mira y me trata como a su igual. A pesar de que soy mucho más grande que ella. En tamaño, al menos.
Alicia anteanoche tuvo un sueño feo. Estuvo triste toda la mañana. No nos vimos sino hasta la noche. No me gusta que Alicia esté triste. Y menos por sueños feos. La Titi dice que los sueños feos dan miedo y que lo único bueno que se puede hacer es despertarse. En la noche, salimos con unas amigas suyas, de Alicia. Yo no hablo mucho, pero escucho. Hay gente tan diferente en este mundo: gente bruta y astuta; vírgenes y prostitutas; pobre, ricos, clase media... En fin. Estas dos amigas con quienes salimos anoche son muy distintas entre ellas, personas interesantes, con tormentos y actitudes diferentes, pero sometidas al mismo calor ecuatorial, húmedo, sofocante de Guayaquil. Y a los mosquitos, por supuesto. Y -sospecho- a los mismos deseos.
Una noche, en el hospital hice el ejercicio de concentrarme mucho en algo. Tuve dos tipos de respuestas. Sobre una de ellas, he escrito en este post. Sobre la otra, mucho menos importante, no voy a escribir nada. Finalmente, los deseos de la gente -incluida yo, si cabe- son todos bien parecidos y suelen tener que ver con la presencia de otros: eros y tanatos, que se dice.
Ha sido un alivio ver a mi mami salir bien de su operación, a la Titi reír y abrazar a Alicia.

viernes, 7 de agosto de 2009

Los semáfaros me dan tres luces celestes


El título de este post es parte de la letra de "Balada para un loco". Esto, porque he estado craneando qué línea seguir en la elección de los cuentos para la clase del cuento hispanoamericano. Sé que he descubierto el agua tibia, pero me ha parecido prudente escoger la línea de la locura. Roberto Arlt, cuyo libro de cuentos El jorobadito acabo de leer, está, por ejemplo, loco. La demencia de Arlt decanta en la demencia de sus narradores o sus protagonistas. Hay un cuento en el que a Arlt se le vuela la teja mal. Un tipo ha salido a la calle desnudo y en el cuarto en el que vive han encontrado muerto a un marinero compañero suyo. Este tipo, el que sale desnudo, empieza a contar un viaje que él ha realizado, un viaje demente, demente, de ciencia ficción, demente. Ese relato es largo, casi aburrido, aunque con destellos de brillantina: "estos espíritus decían, cínicamente, que la utilidad de los manicomios consistía en guardar fuera de peligro el cuerpo de aquellos cuya alma cumplía ciertas necesidades de viaje, de las que no convenía hablar con los que no entienden", por ejemplo. Lo cierto es que al final, en una nota al pie, una voz señala que el relato de este hombre, que pretendía que lo creyeran loco, no lo salvó de la cárcel, acusado de asesino y homosexual. Uno como lector se queda sin saber qué hacer. De ese mundo fantástico en el que el narrador me fue metiendo a pesar de mi propia voluntad, de repente, me jala, me empuja, me hace golpear contra la REALIDAD, de jeta, sin dientes, magullada. Auch. Con el libro en las manos, alelada, pensé que las locuras a las que nos enfrenta Arlt son varias: hay una locura que va de la mano de la violencia, una locura mentirosa, una locura creativa, en fin. Pero me asombra sobre todo, su capacidad de hacernos ver que al final estamos todos un poco locos, porque muchos de sus personajes son gente como tú o yo, enfrentadas a situaciones tan cotidianas como tú o yo, ante las que reaccionan como tú o yo: como DEMENTES. Creo que la genialidad de Arlt radica en que nos hace partícipes de su locura, a nosotros, hombres y mujeres de a pie. Y así, el cuento hispanomericano va tomando forma, forma desbordada de demencia cotidiana y nuestra. Basta pensar en unos pocos cuentistas más: Quiroga, Palacio, Borges, et al.
Vuelvo a la cita de arriba. Siempre habrá quien no entienda, pero para ellos, el silencio. Porque ¿quién mierda entiende que a algunos los semáforos les dan tres luces celestes? ¿Quién entiende que cuando la mirada se desvía se mira mejor?

lunes, 3 de agosto de 2009

Latri plejor nada

Se terminó el fin de semana, qué bueno que ya es mañana, como diríamos con la Flo, porque el chuchaqui de ayer fue persistente. Dormí todo el día, con excepción de un par de horas en las que comí y vi "Roma" con Alicia.
Este fin de semana fue enorme. Tres celebraciones seguidas: despedida de los PonceBorja, cumpleaños de Marieta y cumpleaños de la Flo. Muy divertido. Hubo de todo como en botica y dormí poco, por eso ayer tanto sueño.
El jueves, en la despedida, inició el verguero. Sí me dio y me da y me seguirá dando melancolía de que se vayan mis ñaños los PonceBorja. Pero les veré, dentro de un año or so si todo sale bien. Su casa en Cumbayá ya es un hito. Además un hito a donde hemos ido a parar, en las buenas y en las malas, todos. Para ellos estos fragmentos de "Morada al sur" de Aurelio Arturo:

No todo era rudeza, un aúreo hilo de ensueño
se enredaba a la pulpa de mis encantamientos.
Y si al norte el viejo bosque tiene un tic-tac profundo,
al sur el curvo viento trae franjas de aroma.

[...]

Entre años, entre árboles, circuida
por un velo de pájaros, guirnalda cuidadosa,
casa grande, blanco muro, piedra y ricas maderas,
a la orilla de este verde tumbo, de este oleaje poderoso.

En el umbral de roble demoraba,
hacía ya mucho tiempo, mucho tiempo marchito,
el alto grupo de hombres entre sombras oblicuas,
demoraba entre el humo lento alumbrado de remembranzas

El segundo día de la triple jornada, fuimos a la hacienda de la Marieta. La casa de hacienda es muy bacana y está en la cima de un monte, desde donde se puede ver el paisaje de Tulipe: la selva. Alucinante. Los ojos se mejoran de ver tanto verde. Sostiene Alicia que uno de los motivos por los cuales los campesinos suelen tener menos problemas con su visión es la exposición constante a este color. Nos quedamos a dormir en la hacienda, aunque eso de dormir es un decir, porque apenas dormí dos horas. Me levanté a ordeñar a Imelda, una vaca muy amigable y generosa. Lengüetazo, cual ternera, en el pocillo de leche nueva y de vuelta a la casa de hacienda a desayunar con todo. La Marieta es una anfitriona maternal, por decirlo de algún modo. Para ella, este fragmento del "Romance sonámbulo" de Lorca

Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.

Antiayer, finalmente, fue la fiesta de cumpleaños de mi Flo en la casa de la Sandra. Qué bonita manera de recibirnos: habían dispuesto diferentes ambientes en el patio, la luz perfecta, comida y trago. Llegaron los panas y, después, se armó una fiesta enorme, llegó todo el mundo. Los músicos tocaron delicioso y terminamos unos pocos, ya a la luz del sol, cantando, como debería recibirse al sol más a menudo. Para mi Flo, cumpleañera de cumpleañeras, amor de mis amores, este poema de la Varela:

"Historia"

puedes contarme cualquier cosa
creer no es importante
lo que importa es que el aire mueva tus
labios

o que tus labios muevan el aire
que fabules tu historia tu cuerpo
a toda hora sin tregua
como una llama que a nada se parece
sino a una llama

Pensándolo mejor, qué pena que ya es mañana.

viernes, 24 de julio de 2009

Eres perla

Me voy a Guayaquil esta noche. Le he encargado a Alicia el cuidado de mi planta y a mi planta el cuidado de Alicia. No me había percatado, sino hasta hace un ratito, que estamos en plenas fiestas de Guayaquil. Estos viajes al Guayas me hacen ilusión porque voy a ver a mi familia: comer de la mama, abrazo de la matía, amores de los niños. Es rico también llevarse cositas para leer. Como que los viajes van meando/marcando terreno, casi siempre, de la mano de un librito o un par. Yo me llevo dos libros de cuentos, porque en estas vacaciones tengo que armar una clase del cuento hispanoamericano para la usfq... Me llevo a Roberto Arlt y Guadalupe Nettel.
Por cierto, terminé de leer los relatos de García Ponce, qué gracia, qué goce. El último relato que conforma el libro se llama "La gaviota". Qué locura, este García Ponce. Es la historia de amor de una pareja de chicos y creo que la historia de amor más hermosa que he leído en los últimos tiempos. Hay una narrador en tercera que no se siente. Mi recuerdo de ese relato es la imagen del mar y de los cuerpos adolescentes de los protagonistas. Y esa forma de amar que trastabilla, torpe, hermosa. Ayyy... García Ponce tuvo esclerosis múltiple. Pasó muchos años de su vida en una silla de ruedas, inmovilizado. Dictando. Cómo se habrán movido sus ojos entonces.
Mis sobrinas no tienen clases esta semana, por otro caso de porcina en su colegio. Así que voy a pasar mucho tiempo con ellas. Me hace ilusión. La Cosa quedó reina de su colegio. Es verdaderamente hermosa. La Titi también es hermosa, tiene la sonrisa más coqueta del universo. Y se la ha caído su primer diente. De un tiempo a esta parte, mi relación con la Titi ha tomado un giro interesante. Antes, ella me quería, pero pastusamente, ahora nos queremos tanto de todas las formas. TAAANTO. Me provoca sólo que me dé besos todo el rato y darle besos todo el rato. Y es muy chistosa, muy chistosa. Y celosa mal.
Estoy leyendo a un poeta que se llama Eguren. Reencontrándome con la rima después de mucho tiempo de leer versos libres, versículos, cubículos, guiones de hecho, y demás. A mi mami la van a operar de la rodilla. Aquí un poema de Eguren:

"Madrecita..."

Madrecita
ya no quiero regresar
a la aldeíta
donde aquella montañita
quiere volverme a encerrar.

Si pudiera regresar
a la cuna de tu seno
para sentir arrullar
mi corazón
por tu canción
dulce como canción
de mar.

Han pasado ya dos años
y sigo del mismo porte
pero ya he dado un corte
a aquellos cielos cercanos.

Tengo la mano hambrienta
de arrancar
cielo en la tormenta
para alegrar el mar.

What are we gonna do if we lose that fire? Porque en la rima hay fuego, no me digan que no. Y en los octosílabos también. Y Eguren fue maestro de Westphalen que fue maestro de Varela. Y no hay fiesta sin octosílabo. Eres perla que surgiste.

lunes, 20 de julio de 2009

Post miminuto: encuentros

1. A veces, sin buscar, uno encuentra.
Otras veces, buscando, sólo te alejas.
A veces, buscar mucho es sinónimo de no desear.
Aunque hay todo tipo de búsquedas.
Yo me embarco en la que puedo.
Ojalá en la que debiera.
(Mentira)
2. Empecé a leer un libro de relatos que trajo Alicia de Rep. Dominicana. Se llama Encuentros de Juan García Ponce. He leído el primer relato de tres que lo componen, se llama "El gato". Verdaderamente hermoso. A Alicia le encanta y yo estoy encantada con que me lo haya presentado. Es un relato sobre la relación de una pareja. Lo bonito es que no se dice mucho y en esa reticencia, como lector, vas sintiendo cómo se construye l'amour o lo que sea que hay entre ese hombre y esa mujer.
3. [...]
Porque no es la impaciencia del buscador de orgasmo
quien me tira del cuerpo hacia otros cuerpos
a ser posible jóvenes:
yo persigo también el dulce amor,
el tierno amor para dormir al lado
y que alegre mi cama al despertarse,
cercano como un pájaro.
[...]
(JGdB)

sábado, 18 de julio de 2009

¿Jackass o el arte posmoderno?

El otro día, estábamos la Flo, el Juampi, el Charli y yo haciendo tiempo para entrar a un concierto de Biorn Borg en El Aguijón. Vamos a pegarnos un trago. Entramos a una hueca recomendada por el Juampi, nuevo burócrata que, como tal, ya conoce algunas huecas para los momentos de esparcimiento ciudadano con sus congéneres del ministerio. En el mentado lugar, de cuyo nombre no puedo acordarme, había una pantalla de televisión (dos pantallas, en realidad, pero yo sólo podía ver una... pensándolo bien, no era tan hueca, era un lugar priri dicent). Estaban pasando un episodio de Jackass. Antes, yo no había visto un episodio completo de Jackass, no por hecha la bacán, sino porque de verdad el cuerpo no me lo permitía. Jackass me superaba. Y sí, he de admitir que sí me desesperaba un poco ver cómo estos hombres exponían el físico. Esa noche, haciendo tiempo para el concierto de BB, a medias escuchando y participando de la conversa con los panas, a medias viendo Jackass, me fui aficionando del programa. De repente, me pego una carcajada monumental que hizo que mis tres acompañantes, sincrónicamente, me regresaran a ver e, ipso facto, regresaran a ver a la pantalla de televisión. En ese momento, uno de performers (¿?) del programa estaba regando -por su ano- toda la cerveza que unos momentos antes le habían introducido con una manguera en el ano mismo. Fue demasiado chistoso. La "poética" de Jackass reducida en un sketch: el de la cerveza en el ano. Mientras se la iban metiendo, yo pensaba: "qué imbécil, se puede hacer mucho daño, le están metiendo cantidades industriales", pero cuando empezó a botar el trago por el culo, me superó y no pude evitar carcajearme mal de la risa. Todos huían del hombre grifo. Fue demasiado chistoso.
El otro día, fui a Librería Rayuela -con mi sobrina Titi que vino a pasar unos días a Quito- a ver qué de nuevas. Me encontré con un libro al que apenas revisé, un libro de arte. De expresiones posmodernas de arte. Abrí en cualquier página, como suelo hacer con los libros objeto. Cuando en eso... zassss, me encuentro con la foto de un artista, llucho, echado en el suelo como bebé y de su ano saliendo un chorro de pintura azul que caía sobre un lienzo, asimismo, en el suelo. La intención de este artista era lograr manchas pollockianas, pero salidas de su propio cuerpo. El índice, que diría Philippe Dubois.
¿Jackass o el arte posmoderno? Averfff.
Siempre que voy a Rayuela me quedo viendo La metéfora viva de Ricoeur y no me la compro porque me parece excesivamente cara. Terminé comprándole un libro sobre anatomía -para niños- a la Titi, que quiere ser doctora. "¿No te da asco la sangre?" "Claro que me da asco, pero voy a aprender a trabajar con ella".

sábado, 11 de julio de 2009

Toco la punta de mi cuerpo enamorado

Aquí les transcribo un poema de Jorge Eduardo Eielson:
"Cuerpo enamorado"
Miro mi sexo con ternura
Toco la punta de mi cuerpo enamorado
y no soy yo que veo sino el otro
El mismo mono milenario
Que se refleja en el remanso y ríe
Amo el espejo en que contemplo
Mi espesa barba y mi tristeza
Mis pantalones grises y la lluvia
Miro mi sexo con ternura
Mi glande puro y mis testículos
Repletos de amargura
Y no soy yo que sufre sino el otro
El mismo mono milenario
Que se refleja en el espejo y llora
Hay que percatarse de tantas cosas, de tantas. Y hoy, aunque he debido partirme el lomo corrigiendo exámenes y ensayos, he hecho de todo, menos eso. Dormí; aguanté el chuchaqui de la leidisnait de anoche; fui a comprar unos regalos para mis sobrinas, aprovechando que Ale va a viajar a Guayaquil; vi el segundo episodio de "Roma" con Alicia; puse pausa; me percate con ternura (perosobretodopasiónangustiagolosinamor) no de mi propio sexo, aunque sí de uno parecido: ejercicio especular (como en el poema de arriba, pero distinto), y, antes de botarme en la cama para dormir hasta mañana, me puse a revisar la antología de poesía que lleva el nombre del primer poemario de Westphalen, Las ínsulas extrañas. Una de las antólogas es la Varela. La he revisado en otros momentos, pero hoy lo hice porque me acordé de Adoum y me acordé que, la primera vez que la chequeé, busqué a Adoum (cuando éste todavía vivía) y no lo encontré. No fue considerado en esta antología que recoge la producción en lengua española de 1950 a 2000. Y me pregunto por qué. Quizás nadie se percató.
Hay poemas que parecen caídos del cielo. O venidos del infierno. quéséyo. Pero se le incrustan a uno en la cuenca del ojo. Ahí se quedan, no van más allá ni más acá. Ahí, en la cuenca del ojo o en la yema del dedo o en la punta de la lengua. Ahí, en el umbral donde uno decide sentir o no sentir. Ahí se quedan.
Bravo.
Amariconado es una palabra. Amariconado y triste son tres palabras.
Este post lo escribí el domingo 12 de julio, aunque la fecha arriba señale algo distinto. Es un post dominguero, a todas luces. Ojalá esta necia aclaración sea, más que necia, innecesaria.

jueves, 9 de julio de 2009

"sos un burro, Onetti, sos un perro"

Ayer me fui a la nagurasión del festival de cine Cero Latitud. Kevin Johansen ha sido invitado como jurado en una de las categorías. Ayer cantó unas cuatro canciones. Bacán escucharlo. Luego pasaron una película que se llama Sleep dealers del director peruano, Alex Rivera. Disfruté mucho de la peli, aunque me quedé dormida los 10 minutos de rigor (no logro no dormirme en el cine, sobre todo si voy en la noche)... En una sociedad futurista, un chico con intereses muy distanciados a los de su familia (de campesinos mexicanos) interviene en el sistema de comunicación de una estructura militarizada gringa, quien, a su vez, mata a su padre. El chico migra y viaja del campo hacia Tijuana. Aunque la historia cae en un par de lugares comunes, hay una imagen que me resultó por demás demente: la frontera entre México y los Estados Unidos se ha cerrado; los gringos no quieren más mexicanos físicamente en sus ciudades, pero siguen necesitando su mano de obra, su energía, por lo que estos hombres y mujeres trabajan a distancia. Los sistemas nerviosos de la gente se pueden conectar a través de unos nodos incrustados en sus cuerpos a "la globalización" en términos ciberespaciales. Los cuerpos de estos obreros mexicanos conectados a través de sus nodos controlan a la distancia a los robots que en suelo gringo hacen todo tipo de labores: recolectar naranjas, albañilería, cuidar niños, etc... El cuerpo de estos obreros se desgasta, su energía es absorbida en la construcción o manutención de la nación del norte; pero sus cuerpos son despreciados. Trabajan en una ciudad que jamás van a conocer. Es una película que pone el dedo en la llaga de la migración. En ese contexto, a la gente, a los mexicanos no les queda más que hacerse al cinismo.
En esta película, como en muchas de las lecturas que hicimos en la clase de Alicia, la gran preocupación es el mundo pensado desde el desplazamiento forzado, desde la migración. Hay un reconocimiento del migrante, pero desde dos aristas distintas: su mano de obra es necesaria, la una; la otra, su cuerpo, su rostro no es aceptado en tanto ocupa un paisaje, una ciudad que no ha sido pensada para él y la desembellece, la ensucia, la caotiza. En fin, el trasfondo es la mierda de creernos siempre mejor que los otros.
Volviendo a Kevin Johansen, creo que él no se cree mejor que los otros. Su performance me pareció muy bacana (finalmente fue una buena noche la de anoche). El tipo se burla de él mismo, se caga de risa de todo, pero bonito. Cerró su corta presentación con "La cumbiera intelectual", canción que le he dedicado a Alicia en más de una ocasión y que ella, la proeshora, disfruta de manera particular. La voz de la canción le pide a la mujer que ama, que le gusta, que deje de pensar tanto, que eso a él le hace daño. "Aprendí sobre un tal Hesse y un Thoman Mann y todo sobre el existencialismo alema a án... Y ella me sigue dando cátedra todo el día, aunque por suerte de vez en cuando su cuerpo respira... SU CUERPO RESPIRA... su cuerpo respira a a..."
Volviendo a Onetti, unos años antes de morir, con su cuerpo hecho añicos, totalmente alcoholizado, embelleciendo el paisaje español, le hicieron una entrevista que decantó en una biografía póstuma publicada en 1993. En esa entrevista le preguntan sobre Idea Vilariño, su amante, y él dice que él nunca sintió que ella lo amara. La entrevistadora, sin poder creérselo, casi reclamándole, le pregunta: "¿y toda la poesía amorosa que te escribió? Imposible que no te amara", y Onetti le dice que él no dijo que no lo amara, sino que él nunca sintió que ella lo amara, que es distinto. Que ella era muy cerebral, muy racional, muy intelectual. "¿Sólo eso le gustaba a Idea?", y él responde: "También cama".

domingo, 5 de julio de 2009

La calle (para Alicia)

La miro, desde el segundo piso,
cruzar la calle.
Va a la tienda.
La miro desde arriba porque es lo único que quiero hacer.
Ni comer, ni nada.
La veo, atenta, mirar desde la vereda.
Con la ropa de dormir, de casa, de patio,
de no salir a ningún lado.
Y ella deseando que no la mire nadie.
Y yo mirándola desde arriba,
cruzar la calle.
Me apoyo en la ventana,
como quien mira más de lo que puede ver.
Cansada de ver tanto,
ella demorada, con saco roto en las mangas.
Quisiera gritar desde arriba que tenga cuidado,
que yo no podría vivir sin ella,
que mire bien,
que me espere,
para tomarla de la mano y
cruzar la calle.
Pero no hago nada y ella está ya en la otra vereda,
deseando no encontrarse con nadie,
hacer las cosas rápido,
comprar, pagar, salir de la tienda.
Mi mirada la encuentra,
y la intuye y sabe del cuerpo debajo de esas ropas
de domingo, de cama, de antes del baño.
Yo no resistiría verla
cruzar, de nuevo, la calle.
Así que doy media vuelta y me escondo.
A esperar que pasen los minutos hasta que vuelva.
Me escondo en la mesa, en la cocina , en el agua.
Lejos de la ventana, acordándome que la gente
no sufre por mirar a otros
cruzar ninguna calle.

viernes, 3 de julio de 2009

prepoema

te número te teléfono aburrido
te direcciono (callo caso y escalero)
y habitacionada ya te lámparo te suelo
te vaso te enfósforo te libro
te disco te destoco te desvisto desoído
te camo te almohado enciendo descobijo
te pelo te cadero me cinturas
nos trasvasamos labio a labio
me embotello en tu adentro
nos rehacemos te desformo me conformo
miltuplicada tú yo mildividido

(Jorge Enrique Adoum 1926-2009)


martes, 30 de junio de 2009

Post miminuto: Traducciones

1. Una persona busca a otra persona para decirle que la quiere, pero no la encuentra. La busca, pero no la encuentra. Entonces la primera persona decide que lo mejor será no buscarla más. Cuando deja de intentarlo, la segunda persona desaperece de la faz de la tierra.
2. Mi madre me había recomendado, más de una vez, que me acercara siempre, con mucho cuidado, a las hornillas encendidas. El día que me quemé, olvidé que mi madre me había recomendado, más de una vez, que me acercara siempre, con mucho cuidado, a las hornillas encendidas.
3. De sucio a limpio hay una cantidad de esfuerzo considerable.

miércoles, 24 de junio de 2009

Trabajo

Ando con una sensación un tanto extraña, supongo que se parece a la de Emma Zunz cuando, después de tener relaciones con el marinero escandinavo, rompe los billetes que éste le dejó, pensando que era una prostituta. Esto, porque acabo de decir que no a una oferta laboral en un ministerio. Lo cierto es que cuando me llamaron para el trabajo, me dijeron que el perfil para ocupar el cargo en cuestión era el de un "intelectual" y que pensaron en mí por ese motivo. Voy a a la entrevista (dos días antes de la defensa de tesis), me dicen cuál es tu aspiración salarial, yo les digo X, me dicen bacán te llamamos para contarte. Cuando días después me llaman para contarme, me dicen que me ofrecen la mitad del salario que yo estaba aspirando (que, les soy sincera, desde mi perspectiva era el justo por las responsabilidades y expectativas que sobre mí recairían). Como si te quisieras pegar un arroz con huevo y cuando te sientas a la mesa te sirven sólo medio arroz con huevo o, lo que es peor, sólo el huevo o sólo el arroz. La razón es que la instancia de la superestructura ministerial que es la que ubica a los potenciales empleados públicos en diversas categorías para adjudicarles un sueldo me ubicó en una categoría tal que mi sueldo no podía ser mayor que la mitad de mi aspiración. "Pero si tengo una maestría", "no importa, lo que pasa es que no tienes experiencia laboral en el ámbito público u organizacional". Mi interlocutor fue buena onda, la plena, pero lo pensé y lo pensé y llegué a la conclusión de que no es justo que la superestructura borrara de un plumazo siete años de experiencia laboral en el ámbito académico. Además, que el perfil para el cargo fuera el de un "intelectual", me imagino que, a la hora de la hora, no pesó en lo absoluto.
Esta mañana sentí mucha frustración, pero ya fue, así es y no hay nada que hacer. Llamé a decir que gracias pero no gracias.
Mi intención era rajarme trabajando, porque además sonaba como un trabajo bacán, pero sobre todo porque necesito la plata. Por eso lo de Emma Zunz. No puedo dejar de pensar que estoy botando el pan a la basura, pero tampoco puedo dejar de pensar que ese pan estaba incomible.
Con tantas metáforas alimenticias, me ha dado hambre. Permiso.

domingo, 21 de junio de 2009

Por el poder de grayskull (léase greiscol)

Cuando era niña veía He-man con mi hermano Joaquín. Él tenía el muñeco de He-man y otros personajes de la serie animada de los 80. Tenía, asimismo, un juguete que no sé bien cómo describir, pero era una especie de casa de dos pisos, con muchos computadores. Recuerdo borrosamente que tenía un ascensor para subir al segundo piso. Ahí He-man y los otros masters of the universe y los gi joes organizaban las arremetidas a las fuerzas del mal y las visitas a las barbis y muñecas de tamaño similar de las que, por mi lado, yo era dueña. A ese juguete, le llamábamos "el laboratorio de la marea". Asimismo, el cuarto que entonces compartíamos tenía una puerta que daba a un pequeño espacio debajo de las escaleras que subían al estudio. A ese espacio también le llamábamos "el laboratorio de la marea". Trato de recordar infructuosamente por qué escogimos ese nombre para el lugar de los juegos y para el juguete de mi ñaño. Seguramente la palabra marea la oímos desde muy niños por el hecho de que mi padre es marino, pero también porque íbamos a Salinas, desde que nacimos, durante las vacaciones y cuidado con la marea.
El cuerpo del muñeco de He-man era fornido hasta decir basta. Alicia que está echada al lado mío leyendo el periódico me acaba de mostrar las fotos de unos físico culturistas cuyos cuerpos se parecen al del muñeco del Caco. Con la diferencia de que todos los de las fotos tienen el pelo muy corto y He-man lo tenía, no largo, pero tampoco corto. Al hombro, que se dice. Rubio como el sol de miami. El cuerpo de He-man. En fin, qué habrá pensado mi cabeza de niña de 6 años ante el cuerpo de He-man. Mi cabeza de señorita de 29 piensa que los cuerpos de esos físico culturistas no son bonitos. Sus abdómenes parecen caras, sus músculos a reventar, sus piernas parecen jamones serranos.
El príncipe se transformaba en He-man cuando, en un mágico rito de pasaje, tomaba su espada y gritaba "por el poder de greiscol".
El viernes defendí la tesis sobre Blanca Varela. Me dio nervios. Pensé que mi exposición iba a durar demasiado poco, pero de hecho me tomé los 30 minutos que es el tiempo máximo. Hacia el final tuve que resumir full, porque me hicieron la clásica advertencia de "te faltan 5 minutos", hablarás breve. Pero yastá ya. Dije: "por el poder de greiscol", y me pusieron una capa, una muceta, me hicieron leer un juramento que voy a tener que incumplir y me tomé fotos con el tribunal, la familia y los panas que se jalaron, pobres, la defensa entera a pesar del chuchaqui de la farra del jueves. Soy una master of the universe, finalmente. Mi amiga Cindy J. dice que soy Sheera, pero algo hace que me incline a pensar que soy más bien Orko.
Gracias.

miércoles, 17 de junio de 2009

Nervios de acero o a hacerlo con nervios

No he estado tan nerviosa en los últimos tiempos como el día de hoy. Ivonne, la secretaria de la facultad, me confirmó esta mañana que la defensa de la tesis es pasado mañana... Qué bestia, qué buena gente la Ivonne, me ha tratado como a hija y me ha acolitado mucho. Lo cierto es que si no se confirmaba para este viernes, hubiese tenido que esperar hasta agosto... Lo cierto es que estoy nerviosa. Hoy comí mcdonalds y supongo que eso no ayudó a que mi estómago, acostumbrado a los peores embates de mi mala alimentación, estuviese a la altura, estoico; el pobre me ha dolido toda la tarde. Pero no es culpa de la única transnacional que no ha tenido pérdidas en la actual crisis financiera mundial, es culpa de haberme enterado de que la defensa va este viernes.

domingo, 14 de junio de 2009

Desayuno

A punto de desayunar. Alicia, parada preparando unos verdes fritos. Pedro, correteando en busca de algo que no sea la comida de perros de su plato, porque no le gusta, porque prefiere lo ajeno, como todos. Ale, preparándose para tomar un avión de regreso a Quito. Mi papá, en la casa de Quito con ansias de volver a Salinas. Mi mamá, con dolor de rodilla en su cama de Guayaquil, cumpliendo la promesa que me hizo anoche de no moverse hasta que mañana la vea el traumatólogo. Abril, sin enterarse de mucho, aprende a enterarse del mundo. Mi Titi, jugando juegos que yo no puedo jugar con ella. La Cosa mirándose al espejo y, sintiéndose enamorada, con ganas de ir mañana al colegio para ver a ese niño en el que yo, no sé si intencionalmente, no he pensado mucho. Mariella , en el hospital, con la nueva conciencia de su cuerpo. Yo, a punto de desayunar.

martes, 2 de junio de 2009

poetas muertos


Este blog empezó alrededor de Blanca Varela y su muerte. La tesis la terminé hace un mes más o menos. Y desde entonces he estado en los trámites burocráticos pertinentes. Espero defenderla pronto, si no muero antes por la cantidad de plata que hay que pagar para poder obtener un título en la puce. Ahora voy a escribir un artículo sobre Club 7 (en realidad ya lo empecé, pero quedó estancado por la tesis), el colectivo de poetas ecuatorianos, que publicó su único libro como tal en 1954. Uno de los integrantes de este colectivo es David Ledesma Vázquez. Poeta que se suicidó muy joven, ahorcándose con una corbata amarilla, y sobre quien volveré en algún momento. Lo cierto es que a propósito de este artículo, leí la obra completa de Ledesma (que me regaló mi amigo Jorge I. hace un tiempo ya, junto con otros libros de poetas ecuatorianos) que publicó la casa de la cultura ecuatoriana. Uno de los poemarios de Ledesma, Los días sucios (publicado en un libro junto con poemarios de Ileana Espinel y Sergio Román), lleva un epígrafe de una poeta uruguaya, Idea Vilariño. El epígrafe reza: "la sucia sucia sucia luz del día".
Idea Vilariño murió el 28 de abril de 2009, pocos días antes de la muerte de otro poeta uruguayo, contemporáneo suyo y bastante más popular que ella, Mario Benedetti. Ella tenía 88 años y no soportó el postoperatorio de una cirugía debido a una oclusión intestinal (oclusión es una palabra que nunca he buscado en el diccionario, pero creo que encierra, en su propia pronunciación, su significado). En la misma onda de la Varela y quizá más radicalmente, Idea se rehusaba a dar entrevistas y a que su obra fuera promocionada. Fue profesora de literatura, crítica, traductora y compositora de canciones. Existe un documental de 1998 dirigido por Mario Jacob, que se llama Idea sobre esta poeta, documental que me muero por ver (si es que alguien tiene una Idea de cómo llegar a él, le quedaré eternamente agradecida). Fue amante de Onetti. Los hermanos de Idea se llaman: Poema, Azul, Alma y Numen. Su padre fue un poeta y anarquista gallego.
Aquí, un poema de Idea:
Decir no
decir no
atarme al mástil
pero
deseando que el viento lo voltee
que la sirena suba y con los dientes
corte las cuerdas y me arrastre al fondo
diciendo no no no
pero siguiéndola.
Aquí, otro poema de Idea:
Cuando compre un espejo para el baño
voy a verme la cara
voy a verme
pues qué otra manera hay decíme
qué otra manera de saber quién soy.
Cada vez que desprenda la cabeza
del fárrago de libros y de hojas
y que la lleve hueca atiborrada
y la deje en reposo allí un momento
la miraré a los ojos con un poco
de ansiedad de curiosidad de miedo
o sólo con cansancio con hastío
con la vieja amistad correspondiente
o atenta y seriamente mirarme
como esa extraña vez -mis once años-
y me diré mirá ahí estás
seguro
pensaré no me gusta o pensaré
que esa cara fue la única posible
y me diré ésa soy yo ésa es idea
y le sonreiré dándome ánimos.
Aquí, un enlace para oír la voz de Idea: http://www.youtube.com/watch?v=22KjkmLKX3Q
La muerte de David Ledesma tiene un trasfondo roquero. Sabemos lo que sufrió. Sabemos su circunstancia. Sabemos que estaba a punto de cumplir los 27.
La muerte de Benedetti conmovió a todos, yo incluida, por supuesto. Recuerdo unos poemas suyos cantados por Nacha Guevara que, hace unos años, me hicieron sonreír de profunda alegría.
La muerte de Varela fue la muerte de Varela y fue, en su momento, como diría un narrador borgiano, lo único que ocurrió en el mundo.
La muerte de Idea aconteció un día en que yo no sospechaba que Idea moriría.
Uno de sus poemas termina con estos dos versos:
No me abrazarás nunca como esa noche, nunca.
No volveré a tocarte. No te veré morir.

domingo, 31 de mayo de 2009

Post miminuto: mi top zri

He estado pensando en las tres cosas que me gusta hacer, por sobre otras, últimamente. Aquí una reseña miminuta:
1. Me gusta ir de oyente a la clase de Espacio, migración y violencia de la Andina. También me gustan las lecturas y poder discutirlas con la frofesora cuando me pida el cuerpo y en circunstancias en las que ningún otro estudiante podría discutirlas con ella. Me gusta ir formando ideas sobre temas en los que, por su existencia obvia y contundente, a veces no pienso o pienso demasiado (analogía de "funes" y "senuf", este último versión de Toñito). Me gustó en particular una de las últimas lecturas, de Michel Maffesoli, a quien ya había leído para mi tesis, porque nos remite la condición intrínseca del hombre errante: su cualidad de ser ambivalente.
2. Me gusta dormir. En los últimos tiempos he desarrollado un gusto enorme por la siesta postalmuerzo, por ejemplo. No siempre se puede hacer esa siesta, pero cuando se puede, es reparadora, rica, uterina. En los últimos tiempos, caigo rendida en la noche. Como si al pie de la cama alguien me pegara un balazo y yo sólo pudiera caer muerta sobre el plumón de plumas de ganso.
3. Me gusta cuidar de mi plantita. Alicia dice que la salvé de la muerte, porque estaba al alcance de Pedro el perro, comedor profesional de plantas ornamentales, y la cambie de lugar al aparador del comedor, a donde el Pedro, aunque se esfuerce, no puede llegar. Además de esa planta, cuya nombre científico desconozco, tengo dos palitos de bambú a los que también cuido. Lo que pasa con la esta plantita, es que puedo acariciarla, tiene cientos de hojas, no converso con ella, en estricto sentido, sólo le digo siempre lo hermosa que está.

lunes, 18 de mayo de 2009

Censuras

El otro día encontré este video en youtube:
http://www.youtube.com/watch?v=5PD_IoDdyWM
Me provocó dos reacciones: una estética -fíjense en los pies, lujuriosos pies, debajo de la mesa, en esa toma donde la cámara va retrocediendo; esa orgía de pies se debe contraponer radicalmente a los talantes bien portados de arriba de la mesa. Fíjense además en esa falda que se levantá con aire caliente que sube de la tierra, una marilín de los 20 o los 30- y otra moral -sobre la censura-.Este video, por un lado, nos remite a replantearnos los parámetros de censura como una herramienta ad hoc y sólo ad hoc. Ya en El coronel no tiene quien le escriba, García Márquez se burlaba del cura que hacía las veces de censor, de forma burda y automática haciéndole dúo a una dictadura bárbara. Y así creo que nos podemos morir del hígado revirado con más de una censura establecida desde una religiosidad malentendida, o mejor, malpracticada. Y aunque creemos que las épocas cambien, en realidad no cambian mucho. Toda expresión artística es censurada en mayor o menor medida, por la derecha o por la siniestra, por el coco de uno o de otro, por el papa o el ayatola. Me parece que podría ahondar mucho en todos y cada uno de esos niveles, pero quisiera detenerme aquí sólo en uno: el de la autocensura. El otro día le entregué una cuarta o quinta versión corregida de mi librito de cuentos al editor encargado de la colección. Esa versión era distinta a las otras no por comas o tildes incorporadas a último minuto, sino porque cambié algunas imágenes, ya que simplemente no toleré la idea de que mis padres las lean. Y es gracioso, porque se quedaron imágenes de personajes jalando, de personajes tirando como conejos, de mujeres que aman a otras mujeres -que leyeran esas imágenes no me importó-, me importó que leyeran, por ejemplo, que uno de los personajes que se parece mucho a mí se robaba unos dólares de las multas de la biblioteca en la que trabajaba. Eso no lo pude tolerar; me puse mal ante la sola idea. En fin, estoy leyendo ahora la novela del enanoborja, Los funámbulos, y aunque creo que el enano resiste con muchísima más fuerza los embates de la autocensura que yo (leerán la novela cuando se publique para que entiendan a qué me refiero), supongo que le habrá pasado lo mismo aunque sea alguna vez chiquita, miminuta. Yo creo en el pudor, aunque a veces parezca lo contrario. Creo que necesitamos del pudor por una razón básica, sobre la que el Bustamente nos hacía reflexionar en clases de teoría social: no toleraríamos un mundo en el que fuésemos totalmente transparentes para los otros. Yo creo que de ser así, seríamos ángeles y eso tampoco podría ser bueno (aunque quien sabe). En cualquier caso, el ejercicio escriturario me ha hecho forjar carácter. Ahí voy, luchando contra mi pudor y mi falta de pudor. De esa tensión, ojalá surgiera, alguna vez, algo bueno.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Weil

"Cuando, fuera del combate, un extranjero débil y sin armas suplica a un guerrero, no por eso está condenado a muerte; pero un instante de impaciencia de parte del guerrero bastaría para quitarle la vida. Es suficiente para que su carne pierda la principal propiedad de la carne viva. Un pedazo de carne viva manifiesta su vida ante todo por el estremecimiento; una pata de rana bajo una corriente eléctrica se estremece; el aspecto próximo o el contacto de una cosa horrible o aterrorizadora hace estremecer cualquier masa de carne, de nervios y de músculos. Sólo este suplicante no se estremece, no tiembla; no tiene ese derecho; sus labios tocarán el objeto para él más cargado de horror:
Vieron entrar al gran Príamo.
Se detuvo,apretó las rodillas de Aquiles, besó sus manos,
terribles, matadoras de hombres, que le habían asesinado tantos hijos".
Hace 100 años nació Simone Weil. La cita con la que abre este post pertenece a un ensayo que publicó en 1940 bajo el título de "La Ilíada o el poema de la fuerza". Lo publicó bajó el nombre de Emile Novis (seudónimo anagramático o su nombre escrito en desorden). Estoy leyendo A la espera de dios y me tiene a mal andar. Algunos amigos míos corren el riesgo de entender mal por qué estoy disfrutando tanto de la lectura de este libro. Lo cierto es que me gusta porque la Weil está hecha de la misma materia de la que están hechos unos 10 hombres, a lo mucho, sobre el planeta, y asimismo sus textos. La lucidez de sus ideas, su coherencia, su total compromiso para con la humanidad la ponen en la etapa más alta del desarrollo moral, que diría Kohlberg. Tengo demasiada información en la cabeza en este momento sobre Simone Weil (estoy dispersa y aún así quiero seguir escribiendo): desde su lectura adelantada del marxismo, hasta su paso por España como brigadista y su final encuentro con el cristianismo. Sobre esto último, cuenta en una carta la propia Weil que en una aldea en Portugal, oyó los cantos de las mujeres de los pescadores en la procesión del patrono del pueblo. Cantos cargados de dolor, de tristeza que le hicieron comprender que el cristianismo, en su esencia, es la religión de los esclavos y que ella, al estar marcada por el estigma de la esclavitud después de haber vivido el horror y la brutalidad de las fábricas en condición de obrera, encontró un camino. Por lo demás, despotrica de la Iglesia, jamás se bautizó ni conoció ninguno de los otros sacramentos.
Antes de ser obrera, fue profesora de filosofía y griego. Compañera de clase de la Beauvoir. Adelantada, siempre adelantada. La Weil escribió sobre la fuerza en ese breve ensayo sobre La Ilíada (en plena guerra mundial).
Nos estremecemos ante la fuerza, dice la Weil. ¿Qué hacer cuando nos sentimos vulnerables ante la propia fuerza? ¿Debemos besar nuestros propios pies pidiendo misericordia? ¿Debemos temblar o no temblar ante nuestra mano, mano asesina de uno mismo?
De la Weil dijeron que estaba loca. Se salvó (yo digo "salvó", porque por lo demás ella estaba muerta de ganas de que la encierren) de ir a la cárcel porque creyeron que estaba loca.
Todos estamos condenados a muerte. Todos. La Weil murió tuberculosa.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Post miminuto: festival de canes

-Nos fuimos a Tonsupa el fin de semana, por el feriado del día del trabajo. Llegamos a un departamento de la universidad donde trabaja Alicia. Había una piscina en el edificio y un futbolín, pero unos chamos habían perdido la pelota y no pudimos jugar. Salimos a la playa un día. Alquilamos dos sillas y un parasol. El parasol más chimbo del mundo, traslúdico como el encaje o más, no nos protegía en lo absoluto del resplandor. Igual, hasta eso de las 12:30 no hizo mucho sol. Nos metimos al agua. Alicia le tiene miedo a las olas grandes. Me asusté un par de veces, y la única vez que no me asusté porque pensé que ella tenía todo bajo control, la ola la arrastró. Verga. Luego me quedé dormida como niña sobre mi silla y debajo del parasol que no me protegió nada, aunque igual es rico que el terno de baño, todavía puesto, se seque al sol. En este viaje, comimos muy mal. Era la primera vez de mi vida adulta que yo iba a Esmeraldas. No conocíamos nada y en general, en Tonsupa, no hay nada más que edificios y maleza. Pero incluso en Atacames, la tarde que fuimos, comimos mal. En realidad mi pulpo al ajillo estuvo priri dicent, pero la cazuela de Alicia, lucía como sopa de sapallo, sabía a curri, pero era de verde. El último día dormimos en un hotel porque el departamento se lo prestaron hasta el domingo y decidimos regresar el lunes temprano. Esa noche, vimos una película de joliwud: "Marley y yo". Lloré a moco tendido. Tengo algo con los perros.
-Creo que nunca les he hablado de Pedro el perro. Vive con nosotras desde hace un mes, más o menos. Es un yorkshire terrier, miminuto como este post. Parece de juguete, el clásico perro faldero que puedes meter hasta dentro de una billetera. Yo no quería perros, porque cuando era chama, unos 16, se murió la mía, Nica, una setter irlandés, hermosa, inteligente, amada, atropellada por un auto. Un dolor inmenso. Largo, filudo, desesperante. Decidí no enamorarme nunca más de un can. Pero aquí está Pedro con nosotras, porque Ale se moría por un perro. Lo cierto es que me gusta Pedro, lo toqueteo ful y a él le encanta, aunque a veces también me saca de quicio y tengo que controlarme para no llevar la violencia más allá del grito (supongo que incluso debería intentar no levantarle la voz, pero me gusta concentrarme en una sola cosa a la vez). A mi sobrina Titi le encanta el Pedro. Ella tiene su propia perra; en realidad es de su ñaña, de mi Cosa. La perra se llama Princesa, es una Shitzu, también hermosa, en realidad es un poco fea físicamente, pero es amorosísima y hermosísima. Se mea cada vez que me ve, del gusto, claro.
-Antes del Pedro, tuvimos otro perro. En septiembre del año pasado, lo sacamos de la perrera del PAE. Se llamaba Zorro. Callejero putón castrado. Hermoso. Era cachorro, de unos siete meses. Inteligente. El pelaje más suave en el que estas manos mías se han perdido jamás. A las tres semanas de convivencia, tuvimos que inyectarlo. El Zorro tenía moquillo y aunque lo llevamos a los veterinarios del PAE unas dos o tres veces a lo largo de esas semanas, todas las veces nos dijeron que sólo tenía tos. Una noche, al Zorro le dio una convulsión. Vuelvo a sentir la canica fría recorriéndome el espinazo por adentro, rasgando carne, cada vez que me acuerdo que yo no atinaba qué hacer con su cuerpo convulsionado. Le soplaba a la cara, lo sacudía, le rogaba que no se muriese. El alma me volvió al cuerpo cuando vi que la convulsión pasaba. Se quedó agotado, pero se asustó también. Empezó a gruñir y pasó la noche solo. Nos dio miedo. A la mañana siguiente lo llevamos a un veterinario privado, le hicieron los exámenes y nos confirmaron que el moquillo se había tomado su sistema nervioso y que ya no había nada que hacer.

miércoles, 29 de abril de 2009

Westphalen o Borges pero no los dos al mismo tiempo



Un día, hace ya algún tiempo, Toño me contó que la Sofi le hábía pedido que compusiera para ella un tema que fuera aire. Me quedé con la metáfora entre ceja y ceja. Hay un poema de Westphalen que, en esa misma onda, es agua, es agua corriendo. Aquí les va:
Un árbol se eleva hasta el extremo de los cielos que lo cobijan
golpea con dispersa voz
el árbol contra el cielo contra el árbol
es la lluvia encerrada en tan poco de espacio
golpea contra el ánima
golpea con las ramas la voz el dolor
no hagas tal fuerza por que te oigan
yo te cedo mis dedos mis ramas
así podrás raspar arañar gritar y no solamente llorar
golpean con la voz
pero tal levedad me hiere
me desola
no te creía de tal ánimo
y que no cabes en el espacio
cómo golpea el árbol al árbol el árbol
agua
y navegan los rojos galeones por la gota de agua
en la gota de agua zozobran
acaso golpea el tiempo
otra gota
agua
la garganta de fuego agua agua
matado por el fuego
la llamarada gigantesca
maravilloso final
muerto sin agua en el fuego
la mano arañaba el fuego
la mano
y nada más que sangre agua
no sangre fuego último fuego
definitivo fuego
las gotas cuentan otra cosa
nadie cuenta las gotas
las lágrimas son de más perfecta forma
su música más suave apagada
el rostro de una niña alumbra una lágrima con su luz suave apagada
la lluvia llora en todo el espacio
anega su alma su música
golpea otra ánima sus hojas
las gotas
las ramas
llora el agua
el tiempo se cuenta con las gotas el tiempo
la música dibuja el cielo
camina sobre el agua la música
golpea el agua
ya no tengo alma ya no tengo ramas ya no tengo agua
otra gota
aunque me ahogue
ya no tengo alma
en la gota se ahogaron los valientes caballeros
las hermosas damas
los valientes cielos
las hermosas almas
ya no tengo alma
la música da traspiés
nada salva al cielo o al alma
nada salva la música la lluvia
ya sabía que más allá del cielo de la música de la lluvia
ya
crecen las ramas
más allá
crecen las damas
las gotas ya saben caminar
golpean
ya saben hablar
las gotas
el alma agua hablar agua caminar gotas damas ramas agua
otra música alba de agua canta música agua de alba
otra gota otra hoja
crece el árbol
otra hoja
ya no cabe el alma en el árbol en el agua
ya no cabe el agua en el alma en el cielo en el canto en el agua
otra alma
y nada de alma
hojas gotas ramas almas
agua agua agua agua
matado por el agua

En un cuento de Borges, Stephen Albert le pregunta a Yu Tsun cuál es la única palabra que no se puede mencionar en un acertijo cuya respuesta es "ajedrez". Yu Tsun responde: la palabra "ajedrez".
Creo que en literatura hay dos opciones extremas y no puntos medios: o ésta, borgiana, en la que es más importante leer entre líneas, o ésa, westphaleana, en la que la repetición por la repitición nos hace llegar a lo profundo, nos hace ir hacia adentrOOOOOOoooooooo........

lunes, 27 de abril de 2009

así te extraño sin puntos finales sin puntos aparte sin puntos te extraño sin puntos porque no sé dónde comienzas y dónde terminas en mí te me pierdes entre las venas entre las líneas del esfuerzo te me pierdes entre la carne entre los dedos en el frío del suelo que mis pies resienten en el silencio de la casa en todo lo que se parece a ti y no se parece a ti en las plumas en el agua en el estudio entre los libros y las letras así te extraño

domingo, 26 de abril de 2009

La gripe

Leí en el periódico, esta madrugada, sobre la epidemia de gripe porcina que ya ha matado a 20 personas en México y que amenaza en convertirse en pandemia. En las fotos que acompañan al artículo, las personas, llevan, casi todas, máscaras. Las autoridades sanitarias han pedido a la población que evite las aglomeraciones. Los partidos de fútbol, este fin de semana, se van a jugar sin público. Los jóvenes salen a bailar a las discotecas por la noche con sus máscaras puestas. Lo cierto es que lo primero que se me vino a la mente fue Alicia viajando a Rep. Dominicana, a una feria del libro donde seguramente hay representantes de México. Pensé decirle que no se le ocurra darles la mano y menos besos, que ésta es una de las sugerencias que ha hecho el ministerio de salud mexicano. Sentí la larva del pánico esta madrugada. Como cuando el insomnio no hace sino volvernos locos.
Sobre este tipo de noticias, estamos sujetos a lo que los medios de comunicación nos informen. Y aunque voy a llamar a mi amiga Ana María que vive en el DF para preguntarle cómo está, qué ondas, por lo pronto, lo que tengo es el periódico. Después de la primera preocupación, visualicé un mapa de América y la epidemia como una mancha color amarillo tomándose el continente, desde México hacia texas, california... hacia el sur también. Pensé un mapa, no gente, y aun así me sentí tristemente vulnerable. Imaginé un nuevo aislamiento de este continente al que se le da geográfica, social y naturalmente estar aislado.
La última pandemia de gripe mató alrededor de 40 millones de personas entre 1918-1919 (algunas versiones sostienen que los muertos llegaron a los 100 millones). La mayoría murió en un período de 16 semanas. Al parecer, las movilizaciones de gente, durante la primera guerra mundial, ayudaron a que la enfermedad se propagara con más rapidez. Lo cierto es que, décadas después, en los cincuentas, un científico llamado Hultin realizó estudios a partir de los tejidos de cadáveres de personas muertas por la gripe en los Estados Unidos. La intención del científico en ese momento fue revivir el virus para poder encontrar la cura. No lo logró. Más de cuatro décadas después, otro científico llamado Taubenberger llegó hasta Alaska en donde, de una fosa común, desenterró un cadáver de una mujer obesa, cuya grasa había preservado sus pulmunes y tuvo mejores resultados. Esta práctica fue criticada porque no existía ninguna garantía de que el virus no se propagase nuevamente. No estoy sugiriendo que la actual epidemia tenga alguna relación directa con la epidemia de 1918, estoy a años luz de poder afirmar tal cosa con conocimiento de causa. Sólo que leer sobre el tema me hizo sentir vulnerable, aún más vulnerable de lo que me sentí cuando visualicé la mancha amarilla sobre América después de leer el periódico. Y resulta inevitable, al pensar en científicos que necesitan fondos para realizar sus investigaciones (incluso con buenas intenciones), pensar de dónde sale el dinero.
"The constant gardener" ("El jardinero fiel") de Fernando Meirelles es un película basada en una novela de John Le Carré. La historia se desarrolla en Kenia. Es una película que les da duro, como se lo merecen, a las transnacionales farmacéuticas. Todos los habitantes de Nairobi que recibían un tratamiento para el sida ofrecido por una gigantescayhorripilantecompañíafarmacéutica debían obligatoriamente hacerse un tratamiento contra la tuberculosis (aunque no estuvieran enfermos). Esta compañía tenía la certeza de que una pandemia de tuberculosis afectaría al mundo en los próximos años e hicieron de África su laboratorio del patio de atrás. Todo esto con la venia de los gobiernos de todos los países involucrados. Hay gente de mierda en este mundo. Siempre ha habido y seguirá habiendo.
No me interesa adentrarme en el laberinto de las teorías conspirativas porque no me gusta, a pesar de que a veces no queda otra. A mí, desde donde estoy, no me queda sino esperar que esta epidemia que nos afecta y nos involucra a todos sea tratada con toda la seriedad del caso. Que el bolsillo de unos cuantos no sea la prioridad. Que la vida nos siga importando a todos.
La verdad es que tengo miedo.

Post miminuto: abril aguas mil

-Esta madrugada fui a dejar a Alicia al aeropuerto. Se fue a Rep. Dominicana porque la invitaron a dar una conferencia sobre literatura ecuatoriana, a propósito de la feria del libro que se lleva a cabo en Sto. Domingo. De vuelta en casa, leí el periódico porque se me fue el sueño (es raro estar en la casa sin Alicia, con la certeza de que el día se va a terminar y ella no va a estar). Luego me quedé dormida y dos horas después me desperté. Prendí la tele. Vi un partido de la liga italiana (todo el mundo juega en el Milán, todo el que ha dejado de estar de moda -a excepción de kk, quizá-, pero todo el mundo al fin). Después fui a votar al Central Técnico. Mientras fui estudiante de la Católica, me convocaron para formar parte de las juntas receptoras del voto en todas las elecciones que hubo. Ya en las dos últimas votaciones, no me han llamado. Bendito. Voté por Correa.
-Alicia se llevó unos cuantos libros de escritores ecuatorianos porque la embajada ecuatoriana se los encargó. Pobre, su maleta pesaba una barbaridad. Y claro, en seguida pienso lo poco o nada que conozco sobre escritores dominicanos. Lo poco o nada que nos leemos en América Latina. De no ser por el internet, nos leeríamos mucho menos. Sabemos, porque eso pasa en el Ecuador, que se produce mucho, pero que nos leemos poco entre nosotros. Leemos lo que nos interesa, nos interesa lo que conocemos y conocemos lo que se nos parece (muy jungianamente, incluso aquello que odiamos en el otro, es lo que odiamos de nosotros mismos). En fin, creo que estoy intentando pasarme de lista. Mi propósito es leer.
-Estoy oyendo Cat Power. Me gusta la voz de esta mujer. La simpleza de lo que hace. No atosiga. Deja que uno esté. Eso es tan difícil. Hay una versión acústica de "Sea of love" en youtube, pero no tengo idea de cómo se hace para pegar, en el post, videos de youtube. Si pueden, chequéenla. Alicia me dijo que si yo no le contaba que las entradas de abril 23 tienen que ver con canciones, no le hubiese hecho ningún sentido lo que escribí. ups. En todo caso: se trataba de un tema de la Orquesta Mondragón y otro de Treat her right (yo he oído la versión de Morphine).

Me distraigo con este post y con cat power y dando explicaciones de los posts viejos y no me doy cuenta que comienza a llover en Quito. Recogimos la ropa a tiempo, nena. Pero me mojé.
Ojalá tu gripe haya desaparecido.

jueves, 23 de abril de 2009

Vístete de prisa y olvídate, olvídate de mí

Si un día contrato los servicios de una prostituta y la llevo a mi casa y, después de tener relaciones sexuales, ella me dice que se ha enamorado de mí, yo tendría que recodarle que acordamos que le pagaría S/.20.000 a cambio de sus caricias, que no me venga con historias sobre la pasión y la amistad. Mientras preparo café, le diría: "Vístete de prisa y olvídate, olvídate de mí". Tendría también que advertirle algo así como "Mi mujer está al llegar". No se puede creer en esas historias de amor a primer polvo, considerando que todo lo que nos uniría sería un taxi, un teléfono y un striptís.

I think she likes me. That's what I think

Si un día entro a un bar y alguien me invita un trago y yo acepto y esa persona me ve como si yo le gustara y coqueteamos y me cuenta cosas sobre su vida y después yo le invito un trago y seguimos conversando y su mano roza mi brazo y miro su piel porque me la muestra, voy a pensar, sin lugar a dudas, que le gusto. Y si luego su cónyuge llega con cara de pocos amigos y me reclama que cómo así le invito un trago, yo tendría que responderle que creo que le gusto. Que eso es lo que creo.
Y si su cónyuge saca una pistola, amenazante, yo sonreiría y pensaría "¿por qué no me contó que está con alguien?". Pero sobre todo pensaría: "Creo que le gusto. Eso es lo que creo".

martes, 21 de abril de 2009

Carta de amor

En portugués:

Todas as cartas de amor são
ridículas.
Não seriam cartas de amor se não fossem
ridículas.

Também escrevi em meu tempo cartas de amor,
como as outras,
ridículas.

As cartas de amor, se há amor,
Têm de ser
ridículas.

Mas, afinal,
só as criaturas que nunca escreveram
cartas de amor
é que são
ridículas.

Quem me dera no tempo em que escrevia
sem dar por isso
cartas de amor
ridículas.

A verdade é que hoje
as minhas memorias
dessas cartas de amor
é que são
ridículas.

(Todas as palabras esdrúxulas,
como os sentimentos esdrúxulos,
são naturalmente
ridículas.)


En español:

Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fueran
ridículas.

En mis tiempos también escribí cartas de amor,
como las demás,
ridículas.

Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.

Pero, en fin,
sólo las criaturas que no han escrito nunca
cartas de amor
son las que son
ridículas.

Quién volviera a aquel tiempo en que escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas.

La verdad es que hoy
mis recuerdos
de esas cartas de amor
son los que son
ridículos.

(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículos.)


Álvaro de Campos


Carta de amor

Hacia ti va mi cuerpo.
Hacia ti voy. En ti me quedo. De ti me salgo sólo para volver a entrar con el deseo al revés, patas arriba, con el deseo vuelto deseo.

Hay una cama a la que siempre quiero volver. Tu cama. Hay una piel que no es piel, que es alas de mariposa entre mis dedos. Tu piel. Hay una oscuridad en la que abro bien los ojos y en la que huelo todo el universo concentrado. Tu oscuridad.

Hacia ti voy. Carnada. Hacia ti voy.

Esto es lo que alcanzo a decir, moris.

viernes, 17 de abril de 2009

Post miminuto: Ojos

Este fin de semana me voy a ir a Salinas a ver a mi papá y a un tío, hermano de mi papá, que está pasando unas vacaciones con él. Lo cierto es que mi tío sufre de una enfermedad degenerativa que hace que sus músculos dejen de funcionar, o más correctamente, se inmovilicen. Es una enfermedad cuyas consecuencias visibles se han hecho sentir recién en el último año. Durante estas vacaciones se va todos los días a los baños de San Vicente, famosos por sus cualidades curativas.
Cuando viví en estados unidos, quienes eran mis padres anfitriones tenían cuatro hijos. Dos de ellos nacieron con una distrofia muscular que a partir de los 12 años les fue, asimismo, robando la movilidad. Cuando yo viajé a la yoni, los dos, el uno mayor de 50 y el otro mayor de 40 años, estaban en sillas de ruedas y con pulmones artificiales conectados a sus cuerpos por una manguera en su traquea. Los médicos le decían a Marie, mi mamá anfitriona, que nunca habían visto un caso como el de sus hijos. Otras personas con la misma enfermedad llegaban hasta los treinta años como máximo.
En la universidad, tuve un compañero, que tenía también distrofia muscular. Llegaba en su silla de ruedas a la clase del cuento fantástico.
Los ojos persisten.

domingo, 12 de abril de 2009

Qué falta de desmesura

Me vine a Guayaquil porque tengo vacaciones del trabajo. Espero poder terminar aquí el tercer y último capítulo de la tesis. Falta poco. Cuando la Flo terminó su Pan Nuestro, libro de fotografías que les recomiendo mucho que chequeen, me comentaba sobre el vacío, el pequeño vértigo que se le pega a uno en la carne cuando se acaba un proyecto que te ha implicado tiempo y vida. Lo cierto es que debería esperar a terminar la tesis para hablar de mi propio vértigo post operatorio. Pero me adelanto como para exorcizar quién sabe qué. A ver si en el camino desde estas líneas hasta las últimas del post me cae del cielo la respuesta. En realidad, no queda más que seguir leyendo, que seguir mirando el mundo y leyendo.
Y al mismo tiempo no se termina nada. Más bien, todo empieza. Estoy naciendo un poco ahora. Por todo.
Cuando mi sobrina Cosa era pequeña, jugábamos a las ñañas. Era un juego, para mí, bien cansón. En cuestión de cinco minutos, representábamos un día entero en la vida de las ñañas:
Minuto 1: Nos despertábamos cuando cantaba el gallo y nos aseábamos.
Minuto 2 y 3: Una salía a trabajar. La otra se quedaba trabajando en la casa.
Minuto 4: Ya por la tarde, las dos en la casa, cenábamos y conversábamos de nuestro día.
Minuto 5: Nos acostábamos y nos dormíamos.
La gracia del juego para la Cosa -no tanto para mí- era que esto lo repetíamos por lo menos unas cuatro o cinco veces seguidas. Y ella no se cansaba. Cada día de cinco minutos era para ella novedoso, o, sino eso, al menos un día que merecía la pena vivir.
Esto a propósito de que nada termina en realidad, sino que todo empieza. Ni siquiera cuando terminábamos de jugar porque yo me declaraba supremamente cansada, terminaba nada. Ella tenía la seguridad de que volveríamos a jugar. Y ahora que está grande y ya me comenta de chicos y obviamente no jugamos a las ñañas, tendrá ella la seguridad de sus propios días que comienzan.
La tesis avanza. Es para el tercer capítulo que estoy leyendo El zorro de arriba y el zorro de abajo y también a Westphalen. Es un gran poeta Westphalen aquí les va algo:
"Andando el tiempo..."
Andando el tiempo
Los pies crecen y maduran
Andando el tiempo
Los hombres se miran en los espejos
Y no se ven
Andando el tiempo
Zapatos de cabritilla
Corriendo el tiempo
Zapatos de atleta
Cojeando el tiempo
Con errar de cada instante y no regresar
Alzando el dedo
Señalando
Apresurando
Es el tiempo y no tiene tiempo
No tengo tiempo
Y sigue, pero hasta aquí lo transcribo. Westphalen es el gran poeta vanguardista peruano. Figura opacada internacionalmente por Vallejo, que es el gran poeta vanguardista peruano.
No he encontrado ninguna respuesta caída del cielo, porque no hay nadie como tú; no hay nadie como tú, mi amor.
Cuando fui facilitadora en un taller con maestros de escuelas y colegios fiscales, una de las profes me reclamó que cómo así mi tesis va sobre una poeta peruana, habiendo tantos buenos escritores ecuatorianos. "Nada se termina", debí haberle respondido, "Alba -que así se llama y no es mentira, juro que no es mentira, que se apellida Hermosa-, nada se termina y eso usted que lleva ese nombre debería saberlo mejor que nadie".