martes, 5 de enero de 2010

Puntos finales puntos finales puntos

Cada día me convenzo más de que los puntos finales son casi casi grotescos, de mala educación. Últimamente, cuando escribo mensajes, sobre todo esos mensajitos cortitos que uno ni firma, pero que compone brevemente para un ser querido (en el feisbuk, por exemplo, o en el propio jotmeil) me cuesta -como si se tratara de matar una bestia- poner el punto final... cuando no lo hago, se siente bien.
El punto final es arbitrario y no se trata -viejo truco retórico- de dejar el final abierto, porque cuando uno cierra una nota de éstas las cierra con "abrazo" o "beso" o "abrazo grande" o "besote" o "beso con lengua", en fin, se trata de que la última palabra, lo último que lea ese ser querido y casi siempre lejano -en términos geográficos- sea ese gesto amoroso, no el dictatorial punto final.
Abrazos besos abrazos grandes besotes besos con lengua de ti para mí y de mí para ti hiroshima mon amour

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